RAQUIRA PUEBLO DE OLLEROS

Artesanos ceramistas de raquira 
Una de las actividades más representativas de la vida de los pueblos precolombinos fue la alfarería. En ollas, jarras y vasijas se guardaba el agua, el maíz y la sal; se fermentaba la chicha y se preparaban los alimentos. Desde estos tiempos, las vasijas de arcilla y barro han adquirido no solamente un carácter útil en la vida de las sociedades que las elaboraban sino un cierto valor mágico, ya que la cerámica era y es considerada la unión de los cuatro elementos: agua, aire, barro y fuego.
Diseñando en raquira
Los conquistadores españoles llegaron a Ráquira, que en lengua chibcha significaba Ciudad de las ollas, en el año 1537 y viendo la diversidad de utensilios elaborados en cerámica y una extraordinaria habilidad manual de los indígenas, le dieron el nombre de Pueblo 
Diseño aplicado a la artesanía 
de olleros.
Ráquira es, hoy en día, un pueblo cuyo cada metro cuadrado está cubierto de cerámica elaborada de forma tradicional por las manos de expertos que de los bojotes de arcilla moldean ollas, jarrones, marranitos y todo tipo de utensilios.
En la producción de cerámica de Ráquira se utilizan los siguientes tipos de arcilla: arcilla negra que contiene porcentajes considerables de carbón, arcilla blanca, arcilla amarilla y arcilla roja con óxido de hierro.
Diseño basado en la olla tradicional de cocina
La extracción de las arcillas es realizada por los hombres de forma periódica, normalmente dos veces al año durante el verano que corresponde a las temporadas comprendidas entre
junio-agosto y diciembre-febrero, ya que, en la época de lluvias, las minas se llenan de agua.
Otros materiales utilizados en la elaboración de la cerámica son: la arena extraída de los ríos y quebradas de la región y el carbón mineral que viene de las minas de Guachetá en el departamento de Cundinamarca.
Plato de cerámica para asar en la cocina 
En Raquira se distinguen 3 tipos de cerámica: de arena utilitaria que  es un tipo de loza muy resistente por el alto grado de arena en su composición, gracias a la que el producto final mejora su resistencia al uso y al fuego: ollas, tinajas, cazuelas, pailas, etc.